sábado, 31 de julio de 2010

Sobre la democracia pavimentadora

El 30/07/10 el periodista Tony Arnedo publicó en su blog un artículo en el que señala que en terrenos fiscales de avenida Sáenz Peña al 800 se está construyendo a toda prisa una estación de GNC. Lo curioso es que, aparentemente, en la obra colaboran empleados municipales, quienes utilizarían los camiones de la municipalidad para el traslado de materiales.
El escrache de Arnedo deja en evidencia dos cosas: la “democracia pavimentadora” que los políticos oficialistas impulsan como principal acción de gobierno y la impune entrega que las actuales autoridades hacen del patrimonio comunitario a manos de particulares.

sábado, 24 de julio de 2010

Tucumán flagelada

Un mal policlasista

En Tucumán la adicción a las drogas no es un problema que afecte sólo a un sector de la población en una determinada parte de la provincia: es un tema mucho más amplio. Es decir la drogadicción no es un flagelo que únicamente castigue a quienes habitan en la Costanera, sino que es algo que está presente en todos los sectores sociales y que se extiende a través de casi todas las localidades de la geografía provincial. Se pueden encontrar adictos a las drogas (y aquí se está hablando de “adictos” y no de “consumidores”) entre estudiantes, desempleados, empleados con relación de dependencia, profesionales independientes, artistas, deportistas, empresarios, funcionarios públicos, etc. Y se puede ver a la droga circular en San Miguel de Tucumán, Yerba Buena, Alderetes, San Pedro de Colalao (especialmente durante los veranos), Monteros, Aguilares, Concepción, Ranchillos, Amaicha del Valle, Santa Ana, etc.

miércoles, 21 de julio de 2010

El Chernóbil tucumano

La zona cero

Este año la empresa Citromax anunció que, después de varias décadas de presencia en la localidad de Tafí Viejo, va a radicarse en el departamento Monteros. El motivo es que la citrícola está acusada de contaminación ambiental, y en lugar de gastar dinero en reacondicionar su fábrica para minimizar el impacto ecológico, optaron por seguir operando igual que ahora pero en otro punto de la geografía provincial.  
La actitud de esta empresa de capitales extranjeros es repudiable, pero, lamentablemente, eso que hacen no es una maniobra únicamente suya, ni un artilugio usado sólo por el sector privado: ante problemas similares el Estado de Tucumán hace exactamente lo mismo. Ello lo ejemplifica el caso de los megabasurales que existen en nuestra provincia.

miércoles, 14 de julio de 2010

Viaje al corazón de Pacostán

La nueva geografía de la Costanera

En Tucumán se llama “Costanera” a toda la zona urbana que se extiende a la vera oriental y occidental del río Salí en las localidades de San Miguel de Tucumán, Alderetes y Banda de Río Salí. Dicha zona es considerada un espacio periférico, pues un porcentaje importante de las personas que allí habitan no pueden satisfacer sus necesidades básicas.
En la actualidad esa área ha ganado mucha (mala) fama tras haber sido identificada por la prensa local como el lugar en donde existe la mayor concentración de vendedores de droga de la provincia. Con transitar los alrededores uno parece comprobarlo, ya que además de las casas donde se venden las drogas, la Costanera está poblada de adictos de diversas edades que si no pertenecen al vecindario, provienen de otras partes de la Capital, como también de localidades aledañas. La mayoría de estas víctimas de la droga son hombres de entre 10 a 25 años de edad, aunque también los hay más viejos... y más jóvenes. Tampoco faltan mujeres en esa condición, aunque su número es un tanto más pequeño en comparación al de su contraparte masculina.
Lo que principalmente se consume en la zona es el infame paco –una droga hecha a base de cocaína y otras sustancias químicas–, lo que hace que en el habla popular la Costanera se convierta en la “Pacostanera” o, simplemente, en “Pacostán”.

domingo, 11 de julio de 2010

El ojo que atestigua

El 01/07/10, haciéndonos eco de una noticia que circulaba en la prensa local anunciando la próxima instalación de dos centenas de cámaras de seguridad para monitorear la vía pública de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena, publicamos en este blog un artículo sobre el repentino boom nacional de la videovigilancia, destacando que es un lucrativo negocio efectuado discrecionalmente con dinero público y señalando que su efectividad es bastante dudosa. Hoy, 11/07/10, el diario de mayor tirada del país, es decir Clarín, le dedica un generoso espacio de su sección “Policiales” al asunto.
El texto redactado por el periodista Héctor Gambini toma por eje las mismas dos cuestiones que nosotros habíamos tomado por eje: ¿quién se queda con el negocio de las cámaras? y ¿sirven ellas verdaderamente para disminuir el delito? Las conclusiones a las que arriba son idénticas a las nuestras: al negocio se lo quedan los amigos del actual poder, y –por más que se diga que las cámaras de seguridad “disuaden [a los criminales] y previenen [el crimen]”– los delitos siguen sucediendo casi en un número igual al que existía antes de que el sistema de videovigilancia entre en funcionamiento.

jueves, 1 de julio de 2010

Vigilar al (video)vigilante

No sonría, le están robando

La inseguridad es un grave problema que afecta a la sociedad argentina y por ello es preciso que el gobierno tome diversas medidas para combatirla. Ahora bien, cada acción del gobierno requiere una inversión monetaria, por lo que se puede decir que junto al combate contra la inseguridad emerge la posibilidad del negocio para quienes proveen al Estado de instrumentos para cumplir con sus metas.
Hace unos días se informó que Telefónica Ingeniería de Seguridad (TIS), una empresa argentina perteneciente a la corporación multinacional Telefónica SA, instalará 190 cámaras de vigilancia en las ciudades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena con el objetivo de monitorear en tiempo real lo que suceda en la vía pública durante las 24 horas del día. Según lo que figura en el Boletín Oficial provincial, la contratación de TIS se hizo de forma directa, es decir sin licitación, por una suma de diez millones de pesos, repartiendo además otros cuatro millones entre Movistar, la filial argentina de General Motors, y empresas tucumanas como GPSAT, Discar S.C. y la concesionaria Aspen SRL, pues junto a la instalación de las cámaras está contemplado crear una fuerza de seguridad motorizada que será acompañada a través del seguimiento satelital.